El etiquetado energético en los aparatos de calefacción facilita información sobre el consumo energético y otros aspectos técnicos de los equipos. Gracias a él, los usuarios pueden observar de manera sencilla diferentes características de los equipos que les ayudarán a comparar y tomar una decisión a la hora de comprar un equipo.
La Unión Europea emitió en 2015 los dos reglamentos que complementan la Directiva 2010/30/UE del Parlamento Europeo y del Consejo en lo relativo al etiquetado energético de los aparatos de calefacción con biomasa.
Estos reglamentos ya han entrado en vigor en los 28 países de la UE y en todos los países del Espacio Económico Europeo. Por tanto, el mercado europeo solamente ya cuenta con productos “de última generación”, que deben llevar obligatoriamente una etiqueta energética informativa con la clase energética correspondiente:
Actualmente, todas las estufas y chimeneas expuestas a la venta deben llevar una etiqueta energética similar a la que llevan los grandes electrodomésticos desde hace años. Esta etiqueta debe incluir los datos identificativos del equipo, como son la marca o el identificador del modelo. También la potencia nominal en kW e incluir la escala de valores numéricos que indican la clase de eficiencia energética con valores que van de G a A++. Siendo G las de mayor consumo energético y A++ las de menor.
Existen 3 formatos de etiquetas dependiendo del tipo de equipo: equipo de calefacción local; calderas en combustibles sólidos; equipos combinados con una caldera de combustible sólido.
Etiquetado aparatos de calefacción local.
Etiquetado en calderas de combustibles sólidos.
Etiquetado equipos combinados con una caldera de combustible sólido.
Los únicos equipos que pueden alcanzar la clase de eficiencia energética A++ son estufas, chimeneas y calderas de biomasa. La UE valora con un factor 1,45 a la biomasa por su carácter renovable frente a los combustibles de origen fósil.
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