Las actuaciones de este caso real se realizan en 31 edificios de viviendas situados en la localidad de Laguna de Duero (Valladolid). Los edificios están agrupados en dos comunidades de propietarios, con 12 edificios y 19 edificios respectivamente, construidos entre los años 1.978 y 1.981 que cuentan con 12 plantas por edificio y 4 viviendas por planta de una superficie media de 100m² por vivienda, lo que hace un total de 1.488 viviendas.
Los muros de los edificios se construyeron de ½ pie de ladrillo caravista exterior, una cámara de aire de 5cm y tabique interior de fábrica de ladrillo con enlucido interior de yeso. Las ventanas originales contaban con carpintería de aluminio sin rotura térmica y vidrio simple. Las edificaciones se realizan sin el equipamiento mínimo de aislamiento en fachada que recogería posteriormente la norma NBE-CT-79, ya que el proyecto es anterior a su entrada en vigor. Respecto al sistema de calefacción, las comunidades estaban conectadas mediante dos redes de calor independientes, con centrales térmicas de gas, a través de un único anillo sin centrales de intercambio.
Los usuarios finales no contaban con ningún tipo de regulación individual a nivel de vivienda, presentando disconformidades por sobrecalentamiento en los pisos centrales y una alta pérdida temperatura interior cada vez que el sistema de calefacción se detenía. El objetivo de las medidas de eficiencia energética realizadas era proporcionar al usuario final un nivel de confort acorde a las condiciones normativas actuales. Para ello se articula un contrato de servicios energéticos que no solo ha permitido la realización de las medidas de eficiencia energética, sino hace sostenible la gestión de la energía en el tiempo.
Entre las medidas propuestas, están la rehabilitación de fachadas y la instalación de sistemas de calefacción de distrito (district-heating) basados en fuentes de energía renovables entre otros.
Para paliar el bajo nivel de aislamiento original, con una transmitancia en los paramentos de 1,6W/m2C y en el acristalamiento de 5,7W/m2C , se opta por un Sistema de Aislamiento Térmico por el Exterior (SATE) compuesto por un panel aislante de EPS de 80 mm anclado mecánica y químicamente al ladrillo caravista y protegido por varias capas de mortero y malla de refuerzo, dando un acabado que permite homogeneizar el comportamiento térmico de la fachada. Así mismo, se procede a la sustitución voluntaria de las ventanas de los usuarios finales con transmitancias en el acristalamiento de 2,7W/m2C. Todo ello hace que se reduzca la demanda de calefacción en un 40%.
La nueva sala de biomasa y el silo de almacenamiento se han construido soterrados de manera que no existe impacto visual sobre el barrio. Un muro pantalla perimetral de 12 metros de profundidad máxima que evita la entrada de agua en la sala y soporta el empuje de los edificios colindantes de manera que no afecta a la estructura.
La producción de energía se realiza mediante tres calderas de biomasa de la firma alemana VIESSMANN KÖB, ubicadas en la sala de calderas de la Fase I, que suman 3,5 MW de potencia y que están apoyadas en momentos puntuales por tres calderas de gas que suman 9 MW de potencia, ubicadas en la sala de calderas de la Fase II. El fraccionamiento de potencia hace que la versatilidad y la fiabilidad en el suministro de energía sean máximas.
Como combustible se emplea astilla suministrada mediante camiones de 24t, con piso móvil y que realizan la descarga en horario de mañana. La duración aproximada de la operación de una hora. El tránsito del camión se realiza sobre un vial nuevo adaptado al peso del camión.
La capacidad de acumulación de biocombustible del silo depende de las condiciones meteorológicas, si bien en el peor de los casos tiene una disponibilidad de una semana.
Las partículas inquemadas en el proceso de combustión de biomasa son recogidas por un sistema de ciclones ubicados a la salida de las calderas y antes de la chimenea, evitando su salida al exterior. Dichas cenizas son gestionadas como residuo sin afección alguna a las Comunidades de Propietarios.
Se han unificado las dos redes de calor existentes con el objetivo de optimizar el rendimiento de producción, manteniendo la configuración del bombeo al nivel de las redes originales e introduciendo una nueva conducción y bombeo que permite el trasiego de fluido caloportador entre ambas redes de manera bidireccional. Así se pasa de tener dos redes independientes con dos centrales de producción independientes a tener una única red con dos anillos y dos centrales de producción conectadas a la red.
Otro de los objetivos ha sido adecuar la producción a la demanda. Para ello, se ha procedido a individualizar la instalación a nivel de edificio y a nivel de usuario final. A nivel de edificio, cada bloque está separado hidráulicamente del anillo mediante un intercambiador para la calefacción y un intercambiador para el ACS. Aguas abajo del intercambiador se ha instalado un sistema de bombeo de caudal variable que permite regular el caudal de impulsión en función de la temperatura de retorno y por tanto adecuar el consumo en el intercambiador.
A nivel usuario, se instaló un sistema que permite medir el consumo individual de cada vivienda y que permite tomar decisiones sobre el control del uso del sistema de calefacción y adecuar la producción a la demanda real. La decisión de facturar individualmente el servicio de calefacción corresponde a las Comunidades de Propietarios.
El modelo de Servicio Energético empleado es un modelo “a contador” donde la Empresa de Servicios Energéticos VEOLIA, que es la empresa que gestiona la red, factura los kWh térmicos útiles consumidos mensualmente, asumiendo por lo tanto la transformación energética y mantenimiento de las instalaciones, asumiendo así completamente el riesgo técnico. Los ahorros obtenidos respecto de la situación inicial se emplearán para la amortización de la inversión realizada por la ESE, que asume también el riesgo económico del proyecto.